Esta prueba se utiliza para la detección de manchas de sangre desde principios del siglo XX. Al igual que otras pruebas presuntas, se basa en la capacidad del hemo en la sangre para oxidar catalíticamente compuestos en presencia de peróxido de hidrógeno. En este caso, el verde leucomalaquita incoloro se oxida a verde malaquita.
La prueba es presuntiva porque es posible que se obtengan falsos positivos.